Treinta y seis años de hegemonía saltaron por los aires anteayer. El PSOE de Susana Díaz no logró movilizar a su electorado, VOX irrumpió con fuerza en el Parlamento andaluz y el peor resultado de los socialistas pone en la picota una red clientelar con 24.000 puestos de confianza a los que les amenaza ahora un ERE colectivo.
El PSOE hizo ayer cierta autocrítica. Pero para el 2-D no mencionaba la palabra «corrupción» ni «regeneración democrática» en las 140 páginas de programa electoral. Susana Díaz por ahora se niega a arrojar la toalla y clama una alianza constitucionalista.
Este argumento que se le puede revolver porque los socialistas podrían participar en una ‘operación Borgen’ que evitaría que la extrema derecha marque la agenda política andaluza durante cuatro años.
Aun así este hecho no evitaría el derrumbe del ‘cortijo andaluz’, con Sevilla, Córdoba y Huelva como últimos focos del poder del partido que ha reinado en el sur durante casi cuatro décadas.
ABC de Sevilla cuantificaba el año pasado en 23.899 trabajadores que sirven dentro de la ‘administración paralela’ articulada por el PSOE desde 1982. Este ‘cortijo’ se encuentra en peligro tras la debacle socialista en Andalucía, región que sigue en la cola de Europa en varios parámetros y que cuenta con más de un 23% de la población asalariada en diversos organismos públicos.
Cierto es que a este fin de ciclo se resiste Susana Díaz ante la mirada tragicómica del ‘sanchismo’, que no se ha llevado el disgusto de su vida por la caída de su ex rival pero a la vez advierte que la dinámica estatal camina hacia un corrimiento de tierras hacia el centro-derecha que previsiblemente le hundirá.
En Ferraz sacan de la agenda el ‘superdomingo’ de mayo y se aferran a La Moncloa hasta que escampe. Pero este 2-D se evidenció que Pablo Casado ha frenado en parte la sangría del PP, que Ciudadanos no toca por ahora techo y que VOX ha venido para quedarse.
LA RESACA DE LAS ANDALUZAS
Francisco Serrano, juez suspendido por prevaricación en 2011 y candidato de VOX a la presidencia de la Junta, habló de «reconquista» tras su éxito electoral. Esta formación de extrema derecha aboga por el cierre de Canal Sur, maquinaria mastodóntica que absorbe 140 millones de euros anuales públicos y cuenta con casi 1.500 trabajadores.
Susana Díaz sin embargo no se ha dado por aludida tras la hecatombe y afirmó ayer que tiene la confianza de la Ejecutiva Regional para seguir «liderando el proyecto socialista» y que se habría marchado tras una derrota, «pero he ganado», evidencia que se quiere atrincherar en su ‘amarga victoria’ pese a que algunos rivales internos la consideran un ‘cadáver político’.
La presidenta en funciones afirmó que han «entendido el mensaje y tomamos nota» y señaló que los socialistas harán «autocrítica» antes de explicar que no llamará a VOX, «pero al resto de partidos sí…Lo más normal es que el tercero apoye al primero».
José Luis Ábalos se negó ayer a descartar la dimisión de Susana Díaz. El secretario de Organización socialista explicó que el partido abrirá «una reflexión sobre los resultados, contribuyendo a una necesaria regeneración del PSOE en Andalucía».
Pedro Sánchez por su parte afirmó en Twitter que su «Gobierno seguirá impulsando un proyecto regenerador y europeísta para España. Los resultados en Andalucía refuerzan nuestro compromiso de defender la Constitución y la Democracia frente al miedo».
Pablo Casado tras el Comité Ejecutivo Nacional del PP aseguró que no hará un cordón sanitario a VOX y que puede llegar a acuerdos con Abascal en materia de impuestos, respaldo a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y en defensa de la unidad nacional con el límite constitucional.
LOS ERE PODRÍAN APUNTILLAR AL PSOE ANDALUZ
Desde la regeneración del PSOE en Suresnes con ‘el clan de la tortilla’ sevillano liderado por Felipe González y Alfonso Guerra han pasado 44 años y desde entonces Andalucía no había dejado de ser un granero electoral para los socialistas.
Aun así la pérdida de más de 400.000 votos llegará la sentencia del juicio de los ERE. Los ex presidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán están acusados junto a otros 19 ex altos cargos por la Fiscalía.
Ambos ex presidentes están acusados de cooperar en la que Junta crease en el año 2000 un sistema opaco de ayudas públicas en el que se malversaron 680 millones de euros que fueron a parar a empresas en crisis y prejubilados que no lo tenían derecho a recibirlos.
Pero el ‘huracán VOX’ ahora evidencia que el centro-izquierda no solo ha perdido su bastión andaluz, sino que podrían caer en cascada la colección de alcaldes del cambio que tomaron el bastón de mando en 2015 al calor del 15-M.