sábado, 23 noviembre 2024

Alfonso Guerra defiende el 155 y vaticina que la Constitución durará mucho

Alfonso Guerra, exvicepresidente del Gobierno con Felipe González, apoyó ayer durante una conferencia la vigencia de la Constitución y su firme convicción de que no es necesario reformarla de arriba a abajo, aunque si modificar algunos elementos que se han quedado obsoletos.

Guerra aprovechó su intervención en el seminario sobre 40 años de Diplomacia en Democracia. Una historia de éxito para cargar contra toda la generación de políticos que lidera actualmente las formaciones del Estado, incluido el presidente español, Pedro Sánchez.

El exdirigente político fue claro a la hora de cómo cambiar la Carta Magna: “Reforma de la Constitución no, pero reformas en la Constitución sí”. Lo primero es lo que desean formaciones como Podemos. Además, apuntó a que el verdadero interés de los políticos y periodistas recae en el reparto de poder territorial y ese gran cambio “no se puede hacer”.

Este es un país muy fuerte, los políticos necesitan convicción y oficio. España se diferencia de los demás en que tiene una clausula en la Constitución de intangibilidad y eso es una generosidad. El 155 es un artículo de la Constitución Española y no una agresión”, sintetizó.

Guerra recalcó que el verdadero elemento cohesionador era la Constitución y que esta última fue admirada por todo el mundo, mucho más que en España. También añadió que el acuerdo entre todos los partidos era fundamental a la hora de velar por el bienestar del país.

En cuanto a los partidos políticos de convergen en el Congreso, Guerra hizo hincapié en que todos ellos tienen unos líderes jóvenes que piensan que el mundo empezó con ellos. «Que haya cuatro personas jóvenes dirigiendo partidos es una bendición. Deberían dar nuevos enfoques. Pero qué va. Cada uno se siente Adán: el mundo empezó con ellos. Eso es una desgracia», advirtió. También añadió que son algunos de estos partidos los que pretenden “eliminar y suprimir la Constitución”, y no tanto el llevar a cabo reformas en ella.

GUERRA VE «CIERTA MEDIOCRIDAD» EN EL PANORAMA POLÍTICO

“Los españoles hemos sido unos ciudadanos con una cierta clausula autocrítica, algunas Comunidades han sobrepasado la Constitución y la Constitución es buena y avanzada pero hay algunos errores”, reconoció el exvicepresidente, quien lamentó que en el panorama político actual haya «cierta mediocridad», más aún si se compara con el que se vivió durante los primeros años de la democracia.

«Pongan a los políticos que había en 1978 y abajo a los de ahora. Antes estaban Manuel Fraga, Miquel Roca, Felipe González… ahora no, porque no vienen los mejores«, sostuvo antes de criticar la falta de entendimiento entre los cuatro grandes bloques.

La lección que dejó la Transición fue, a su juicio, que «el consenso» se convirtió en «el catálogo de la renuncia que cada uno de los partidos tuvo que hacer». «Cada uno dejaba una parte, y no había un concepto de que ceder traicionase los principios», hizo hincapié.

El exdirigente socialista afirmó que el único con capacidad para convocar un referéndum sería el Rey, por su justificada autoridad. “En el caso de que otro lo convoque estaría faltando a la Constitución, ¿cómo se llama eso?, que lo digan los jueces”, señaló.

Guerra manifestó la tristeza que sentía al ver como la gente no sentía orgullo de ser español. A la élite política también se refirió en aras de frenar el antipatriotismo, señalando que son ellos mismos los que no generan un impulso a la sociedad para enseñar ese sentimiento de pertenencia al país.

“Este es un país muy fuerte, los políticos necesitan convicción y oficio. El 155 es un artículo de la Constitución Española y no una agresión”

Otra personalidad que participó en el debate fue Marcelino Oreja, exministro de Exteriores durante la Transición, quien afirmó que en la Constitución había temas “mejorables”, pero que tendría que haber un consenso detrás para poder modificarla y que esto era una tarea ardua para los partidos políticos.

Sobre la polémica del Brexit, Oreja declaró que era un gran ejemplo de  esta regresión europea. “No hay un liderazgo claro, este proceso europeo parece que ahora va para atrás y esto se une al Brexit, añadió el exministro.