El Consejo de Ministros aprobó ayer un real decreto que desarrolla la estructura orgánica básica del Ministerio de Defensa para incorporar a su organigrama el Centro Nacional de Inteligencia (CNI), pero lo más importante es que la ministra, Margarita Robles, asume el control directo de la Unidad Militar de Emergencias (UME), que hasta ahora ostentaba el Estado Mayor de la Defensa (EMAD).
El Ejecutivo explica que, como parte integrante de las Fuerzas Armadas, el Jefe del Estado Mayor de la Defensa ejercerá sobre la UME las competencias que la ley de la Defensa Nacional le atribuye «en los supuestos de conducción de operaciones militares que contribuyan a la seguridad y defensa de España y de sus aliados».
Fuentes militares consultadas por MONCLOA.COM ven en esta decisión de Robles un intento por parte de ella de lograr una «mayor eficacia» en el trabajo de esta unidad. La UME ha tenido un curioso tránsito desde su creación hace una década bajo el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Primero estuvo bajo sus órdenes, luego paso a control del ministro de Defensa y desde hace unos años se encontraba bajo el paraguas del EMAD.
Este hecho propició, según las citadas fuentes, que la UME no tuviese la atención debida para responder con rapidez a situaciones de emergencia, una situación que se quiere subsanar ahora con su nueva asignación.
Esta unidad militar cumplirá 15 años en 2020. La conmemoración de su primera década en funcionamiento se produjo en 2015, tiempo en el cual realizó más de 300 intervenciones en territorio nacional y en otros países, principalmente en la lucha contra incendios forestales.
La UME se constituyó por acuerdo del Consejo de Ministros el 7 de octubre de 2005, con el objetivo de intervenir de forma rápida en cualquier lugar del territorio nacional español en casos de catástrofe, grave riesgo u otras necesidades públicas.
En 2011 se aprobó el protocolo de intervención de este unidad, que establecía que la intervención de la UME podrá ser ordenada cuando se produzca alguna situación de emergencia de carácter grave, independientemente de que se trate de una emergencia de interés nacional o no.
Así, la UME de despliega ante situaciones que tengan su origen en riesgos naturales, entre ellas inundaciones, terremotos, deslizamientos de terreno, grandes nevadas, incendios forestales y otros fenómenos meteorológicos adversos de gran magnitud.
También ante los riesgos tecnológicos, y entre ellos químico, el nuclear, el radiológico y el biológico, así como los que sean consecuencia de atentados terroristas o actos ilícitos y violentos, incluyendo aquellos contra infraestructuras críticas, instalaciones peligrosas o con agentes nucleares, biológicos, radiológicos o químicos.
Los militares que forman la UME disponen de una preparación específica que radica principalmente en una formación sanitaria de emergencia. En el conjunto del país, el mayor número de intervenciones corresponde a incendios forestales, seguido de inundaciones, rescates y seísmos; y tormentas invernales.
La modificación acordada ayer por el Consejo de Ministros también atribuye a la subsecretaría de Defensa nuevas competencias, destacando la planificación y gestión económica derivadas de las políticas de personal, de reclutamiento, de enseñanza y sanitaria, la política cultural del Departamento y las funciones en materia de protección de datos.
Respecto al CNI, ya pasó a formar parte del Ministerio de Defensa con el Gobierno de Pedro Sánchez después de que hubiera pertenecido a Vicepresidencia durante los mandatos de Mariano Rajoy en el Palacio de la Moncloa.
Este reparto ya quedó plasmado en el decreto de estructura del Ejecutivo aprobado tras su toma de posesión. El real decreto de este viernes se limita a reproducirlo para incorporarlo en el organigrama del Ministerio.
Además, en la Dirección General de Personal se incrementan las funciones de la actual División del Servicio de Apoyo al Personal, que pasa a denominarse División de Igualdad y Apoyo al Personal, dirigiendo su actuación y recursos hacia apoyos personalizados y que sean prestados en su entorno cercano y de manera continuada, y a realizar un análisis e identificación de las condiciones de aplicación del principio de igualdad entre hombres y mujeres dentro de las Fuerzas Armadas.
Por último, se modifica un real decreto que se establece la composición y competencias de los Consejos Superiores del Ejército de Tierra, de la Armada y del Ejército del Aire y de las Juntas Superiores de los Cuerpos Comunes de las Fuerzas Armadas, incluyendo nuevos vocales en la Junta Superior del Cuerpo Jurídico Militar.