Podemos irrumpió en 2015 en el Parlamento de Castilla-La Mancha y rompió un periodo de 16 años en los que solo estaban representadas las fuerzas del ‘bipartidismo’. El partido de Pablo Iglesias posibilitó el regreso al poder del PSOE.
Los socialistas habían gobernado durante siete legislaturas, seis de ellas con las mayorías absolutas logradas por José Bono, y el ex alcalde de Toledo Emiliano García Page lograba un pacto con los morados pese a mantener un discurso distante con la ‘nueva política’.
José García Molina, secretario regional de Podemos Castilla-La Mancha, sacó adelante el acuerdo tras lograr unos números modestos: ‘solo’ tres diputados y menos del 10% del voto. Dos años después este pacto de investidura se convirtió en pacto de Gobierno.
En el verano de 2017 Podemos entró en el Gobierno tras un acuerdo por el cual el Ejecutivo liderado por Emiliano García-Page creaba una vicepresidencia que recayó en García Molina y una consejería que fue a manos de la profesora Inmaculada Herranz, coordinadora del Plan de Garantías Ciudadanas.
Pablo Echenique ‘bendijo’ el acuerdo con su presencia y afirmó que lo ocurrido en Castilla-La Mancha no era «extrapolable a otros territorios», pero esperaba que este pacto marcase «el rumbo de lo que puede pasar en el ámbito estatal», tal y como ocurrió hace unos meses.
García Molina se integró en el Gobierno y en las últimos meses parecía que no iba a encontrar rival interno. Pero su pacto con Page le ha pasado factura y el líder oficialista no tendrá un paseo militar pese a que prometió presentarse para «seguir disputando la posibilidad de ser presidente de esta región».
Las últimas encuestas no solo prevén este hecho, sino que la previsible irrupción de Ciudadanos podría posibilitar el regreso al poder del PP de la mano de su nuevo presidente regional, el alcalde de Almansa Francisco Núñez.
DAVID LLORENTE: LA ALTERNATIVA REAL
El diputado por Guadalajara y portavoz de Podemos en las Cortes de Castilla-La Mancha ha presentado batalla y disputará batalla contra García Molina para «que Podemos no se quede callado y siga denunciando algunos abusos, privilegios y malas prácticas».
Pero lo que parecía un pulso por la conveniencia entre entrar en el Gobierno o mantenerse fuera se ha calentado y en las últimas horas Llorente ha anunciado que ha solicitado «la recusación de 4 de los 6 miembros del equipo técnico» porque formaron «parte de la lista» liderada por García Molina.
Afirma Llorente que los posibles recusados «son personas contra las que ha interpuesto una querella en el juzgado por delito de injurias y calumnias y una denuncia en la Comisión de Garantías Democráticas por atentar gravemente contra su honor».
Y añade: «Obviamente, estas personas tienen un claro interés de parte y no son neutrales en este proceso, por lo que no deben integrar este órgano. Los otros dos miembros del equipo técnico han formado también parte de listas encabezadas por José García Molina en procesos anteriores».
UN DEBATE CALIENTE EN PODEMOS CASTILLA-LA MANCHA
Podemos celebró este pasado domingo en Toledo un debate entre los tres candidatos a liderar el partido en Castilla-La Mancha. García Molina alardeó del «efecto Podemos» en los cambios del Gobierno de Page.
Pero Llorente se preguntó «hasta cuándo se van a tener que seguir tragando sapos» y «cuándo se va a rectificar el error mayúsculo» por entrar en el Ejecutivo. La tercera en discordia, Gemma Heras-Juaristi, criticó el personalismo de ambos favoritos.
«No me vendo, no me callo, no me rindo, no tengo miedo a enfrentarme a Page y cuando lo hago tengo credibilidad»
Llorente elevó el tono y lanzó golpes bajos contra García Molina: «No me vendo, no me callo, no me rindo, no tengo miedo a enfrentarme a Page y cuando lo hago tengo credibilidad. Eso es lo que necesitamos para impulsar una alternativa de cambio, que no funcionara si la encabeza el vicepresidente de García-Page».
La Universidad de Otoño de Podemos vivió una evidente confrontación entre Teresa Rodríguez y García Molina. La candidata de Adelante Andalucía afirmó que no entraría en un Gobierno de Susana Díaz y el secretario general castellano-manchego se mostró contrario a esta tesis.
García Molina afirmó que «o se está en un Gobierno o no se está. Y eso lo cambia absolutamente todo (…) Cuando condicionas a un Gobierno vía presupuestos o vía leyes pero no estás en él, los cuándo y los cómo de la aplicación de esas medidas, quedan en manos del Ejecutivo, el Legislativo no tiene poder suficiente».