Sánchez, al rescate de la socialdemocracia sueca ante su posible debacle

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, viajará mañana a Estocolmo para mantener una reunión con el primer ministro sueco, Stefan Löfven, y analizar diversos asuntos de las relaciones bilaterales y el futuro de la Unión Europea. Nada fuera de lo normal si no fuera porque Suecia celebra elecciones generales el próximo domingo y la socialdemocracia corre el riesgo de perder el poder.

A solo unos días de las elecciones, las encuestas pronostican resultados de hasta el 28,5% de los votos a Demócratas de Suecia (SD), un partido de ultraderecha que ha crecido desde 2015 alimentado por la xenofobia, el rechazo a los refugiados y la desconfianza en las instituciones europeas.

A ello se añade que la última encuesta publicada por el periódico  ‘Dagens Nyheter’ señala que los socialdemócratas pasarían del 31% de los votos en los comicios de 2014 a menos de un 25%, el peor resultado del partido desde hace más de un siglo.

Otro sondeo, publicado por el instituto Skop el pasado domingo, pronostica que los socialdemócratas lograrían un 23,8% de los votos, el SD un 20% y los conservadores un 17%, por lo que el equipo de Löfven se prepara para unas duras negociaciones con los verdes y otras formaciones de izquierda que le permitan liderar una coalición de gobierno similar a la que ya gobierna.

La única ecuación para Löfven es que estos partidos superen a la derecha en porcentaje de votos. El SD era hasta hace poco una minoría ruidosa, pero sin peso político: en las elecciones de 2010 entró por primera vez en el Parlamento sueco con un 5,7% de los votos. Nadie pactaba con ellos por su origen neonazi, desde la creación del partido en 1988, y por el tono abiertamente racista de sus responsables, lo que no impidió que en las elecciones de 2014 doblase sus resultados con el 12,9% de los sufragios.

El aumento de la preocupación social por la llegada masiva de inmigrantes que autorizó el Gobierno de Löfven ha sido el último y gran empujón para el SD. El país nórdico recibió en 2015 la cifra récord de 160.000 refugiados gracias a la mano tendida que hubo con los sirios que huían de la guerra. Fue la misma política que la Alemania conservadora de Angela Merkel.

MALESTAR ANTES DE LAS ELECCIONES

Desde entonces, el malestar ha tenido dos consecuencias claras en el mapa electoral: la subida irrefrenable de SD y el retroceso de los partidos tradicionales. Sánchez entrara, por tanto, en la campaña electoral sueco apoyando las medidas más controvertidas de Löfven. El domingo se sabrá si ha surtido efecto.