Un pueblo de España tiene todos las características para disfrutar de un verano de ensueño. Este pueblo se llama Ronda y quienes quieran conocerlo se encontrarán con un paisaje de ensueño y una particularidad: está dividido en dos.
Ronda es el pueblo malagueño que está «partido en dos» del lado del Tajo del Ronda, con más de 150 metros de profundidad. Una de los sitios se conoce como ciudad nueva, mientras que la otra resguarda su casco antiguo, declarado Bien de Interés Cultural. Este sitio cuenta con diversos atractivos y una variedad de puentes que combinan la modernidad y la historia dándole un estilo único y encantador.
Los encantos del pueblo «dividido» en España
Este pueblo forma parte de un circuito de Pueblos Blancos a kilómetros de la Costa del Sol. El sitio más antiguo de este páramo tiene influencias árabes y medievales y se ubica al sur del Guadalevín, mientras que la parte más moderna, se erige hacia el norte que son atravesados por tres puentes que divide a la aldea en dos mitades.
Las bellezas radican precisamente en la presencia de estos pasadizos que fueron construidos en diferentes momentos de la historia. El Puente Árabe fue edificado en el siglo XIV, por el que se ingresaba al Arrabal Viejo; el Puente Viejo que consta de un único arco de unos 10 metros y el Puente Nuevo, una gran obra de ingeniería que une los barrios del Mercadillo y la Ciudad.
Qué hacer en este pueblo durante las vacaciones
Ronda aparece como una de las opciones más atractivas para extranjeros y lugareños y ofrece diversas aventuras para quienes quieran conocerlo. La “ciudad de los castillos» es una de las bellezas de esta aldea, que conserva sus murallas y las puertas más importantes que daban entrada a la ciudad. Como parte del circuito también se puede visitar la Puerta del Almocabar (s. XIII) y la Puerta de la Exijara.
Otra de las opciones es el Paseo de Blas Infante y el Mirador de los Reyes Católicos, cerca de la Plaza de Toros, la más antigua del país, desde donde se puede apreciar el río Guadalevín. También se puede conocer la iglesia de Nuestro Padre Jesús, de estilo gótico, donde prevalece un campanario renacentista, y el Templete Virgen de los Dolores. El sendero de los ingleses también es una opción y es allí que se llega a «el mirador del coñ…», que se llama así porque quienes pasan por allí se sorprenden por la altura y lanzan esa frase expresiva.