Las setas asturianas esconden un macabro secreto que involucra a los nazis. Las setas de este territorio ayudaban a esta agrupación alemana a tomar las decisiones más importantes. Aunque parezca parte de una película de ciencia ficción esta influencia de los vegetales provocó conmoción en redes sociales y la organización aprovechó su función para delimitar sus estrategias sin ser descubiertos ni falsificados.
El Principado, como toda la vertiente húmeda de la Península Ibérica, es el sitio propicios para el crecimiento de hongos y setas y, quienes quieren encontrarlas, deberán saber identificarlas para poder disfrutarlas y no hacer un consumo inconsciente de ellas. Entre la variedad, la seta «barbuda» es una de las predominantes y la preferida por esta macabra organización.
Por qué los nazis usaron setas asturianas
Pero además de su uso doméstico, las setas también cumplieron otras funciones a lo largo de la historia. Según revelaron en la cuenta de Tik Tok @gemelosviajeros los monjes usaban la tinta negra que desprenden estas especies para escribir mensajes y cartas.
Debido a esta función alternativa de las setas, los nazis le dieron otro uso más macabro. Esta agrupación aprovechó esa tinta negra para escribir mensajes en código y así evitar que les falsifiquen sus escritos. En este caso, los nazis mezclaban la tinta de estos hongos con la tinta normal para enviar misivas y mensajes secretos. De esta manera, pudieron comprobar que las cartas no eran falsas porque las analizaron en un microscopio. Con este análisis podrían detectar su legitimidad: si el escrito tenía esporas era verdadera y, si no los tenían, era posible que los quieran estafar.
Cuál era la seta que elegían los nazis
La variante elegida por esta organización es la conocida como Coprinus comatus que también se puede distinguir como apagavelas, barbuda o sombrerillo. La característica de esta especie es que su sombrero es de color blanco, tiene escamas marronáceas y su pie es largo y delgado. Entre sus propiedades, este hongo cuenta con actividad hipoglucémica, inmunomoduladora, hipolipemiante, antitumoral y antibacteriana.
Durante diferentes momentos de la historia, la tinta ocupó un rol de preponderancia en el sistema de comunicación y se empleaban dos tipos de tinta negra, la obtenida a partir del carbón y la conseguida mediante setas. Es por esto, que la barbuda era la elegida por los monjes de Europa, quienes la dejaban almacenada durante un tiempo para que realicen el proceso de autodigestión, en el que la seta se convierte en una sopa de esporas de color negro que da lugar a este valioso elemento.
