La compañía Aqualia pone en marcha en Mérida la planta de tratamiento de aguas residuales de mayor escala en Europa basada en microalgas

La industria del agua está experimentando una transformación significativa, y Aqualia, la filial de Agua de FCC, se encuentra a la vanguardia de esta evolución. Recientemente, la empresa ha inaugurado en la Estación de Recogida de Aguas Residuales (EDAR) de Mérida una de las plantas más grandes del mundo y la mayor de Europa de tratamiento de aguas residuales basadas en microalgas.

Esta iniciativa se enmarca dentro del proyecto de investigación y desarrollo ‘H2020 Sabana’, respaldado por fondos europeos y la propia aportación de Aqualia. El objetivo del proyecto es explorar la posibilidad de cultivar microalgas a partir de los nutrientes contenidos en las aguas residuales, con el fin de obtener biomasa y posteriormente valorizarla como biofertilizantes, bioestimulantes y/o biopesticidas de alto valor agronómico.

La Planta de Microalgas: Un Nuevo Paradigma en el Tratamiento de Aguas Residuales

La tecnología de microalgas representa un cambio de paradigma en la depuración de aguas residuales. En lugar de ver las estaciones depuradoras (EDARs) como simples infraestructuras de tratamiento, estas se convierten en fuentes de recursos «verdes» de alto valor añadido, como bioplásticos, biofertilizantes y cosméticos. Además, este enfoque permite reducir de forma significativa los requerimientos energéticos necesarios para tratar las aguas de manera eficiente.

La planta de Mérida es un claro ejemplo de economía circular aplicado a escala industrial. Con un área de tratamiento de cerca de 20.000 metros cuadrados, cuenta con los denominados «raceway» (un carrusel de agua abierto con poca profundidad donde se cultivan las microalgas), lo que le permite tratar alrededor de 2 millones de litros de aguas residuales al día y producir cerca de 200 toneladas de biomasa de alto valor al año.

Según el responsable del proyecto H2020 Sabana en Aqualia, Zouhayr Arbib, esta nueva biofactoría supone un «cambio de paradigma» en la forma de ver el agua residual y las depuradoras. Ahora, el agua residual deja de ser un desecho para convertirse en una materia prima para la obtención de subproductos de gran valor, como los biofertilizantes. Asimismo, las depuradoras, que tradicionalmente han sido infraestructuras con un gran consumo energético, se transforman en fábricas de bioenergía gracias a las microalgas.

La Elección de Mérida: Un Lugar Idóneo para la Innovación

La elección de Mérida como sede de esta innovadora planta de microalgas no es casual. Según el responsable del proyecto, Extremadura es un «sitio perfecto para instalar este tipo de tecnologías innovadoras» y «perfectas para demostrar la viabilidad técnica y económica» de este tipo de soluciones. Además, Aqualia ya cuenta con amplia experiencia en el desarrollo de este tipo de proyectos en el territorio nacional.

La inauguración de esta planta de microalgas en Mérida ha contado con la presencia de importantes autoridades locales y regionales, quienes han destacado la alineación de este proyecto con los objetivos de sostenibilidad y depuración de aguas del Gobierno de España y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Asimismo, se ha resaltado que esta innovadora tecnología mejorará la calidad del agua de los ciudadanos de Mérida, lo que demuestra el compromiso de Aqualia con el bienestar de la comunidad.

La planta de microalgas de Aqualia en Mérida representa una revolución en el tratamiento de aguas residuales, al convertir las estaciones depuradoras en fuentes de recursos «verdes» y reducir significativamente los requerimientos energéticos. Además, la elección de Mérida como sede de este proyecto pone de manifiesto la apuesta de la empresa por la innovación y su compromiso con la sostenibilidad y el desarrollo local.