Mujeres ucranianas violadas por los soldados rusos alzan sus voces

En 2022, Daria fue víctima de múltiples violaciones por parte de soldados rusos, y en 2014, Alissa sufrió abusos a manos de un oficial ruso. Ambas mujeres ucranianas han decidido romper el silencio y luchar contra el estigma, buscando que el mundo conozca sus historias y alentando a otras víctimas a hablar.

Daria Zymenko, una ilustradora de 33 años, impresionó a todos durante una rueda de prensa en París organizada por la ONG SEMA Ucrania, que apoya a mujeres ucranianas víctimas de violencia sexual por soldados rusos. Cinco mujeres compartieron sus experiencias, revelando las torturas y abusos sexuales cometidos por el ejército ruso entre 2014, cuando Moscú anexó Crimea, y 2023, un año después de la invasión de Ucrania.

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Las organizaciones denuncian que las violaciones masivas a ucranianas son una estrategia de destrucción social, intentando evitar que las mujeres ucranianas tengan hijos. Desde 2014, se han registrado miles de casos de violaciones, afectando principalmente a mujeres, pero también a niños y hombres, tanto civiles como militares detenidos en prisiones rusas.

Calcular el número exacto de violaciones es difícil, ya que las ONG no tienen acceso a los territorios ocupados. Iryna Dovgan, fundadora y directora de SEMA Ucrania, también fue víctima de violación por soldados rusos en 2014. Según ella, habría «miles» de casos similares.

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Heridas difíciles de sanar para las ucranianas

La oficina del fiscal general de Ucrania ha documentado 301 delitos sexuales cometidos por los ocupantes rusos desde el inicio de la invasión. Rusia ha sido acusada de numerosos crímenes de guerra en Ucrania, aunque niega sistemáticamente las acusaciones.

Daria, al compartir su historia, destacó la necesidad de hablar sobre su experiencia, ya que Rusia sigue torturando y cometiendo delitos sexuales diariamente en Ucrania. Relató cómo, el 24 de febrero de 2022, se refugió en la aldea de sus padres tras las primeras explosiones en Kiev. Allí, unos soldados rusos la capturaron, llevándola a una casa abandonada donde fue violada durante dos horas. Los abusos continuaron hasta que el ejército ucraniano liberó la aldea.

Alissa Kovalenko, una documentalista de 36 años, también compartió su historia en París. En 2014, mientras trabajaba en una película en Donetsk, fue detenida por separatistas prorrusos. Durante tres días, un oficial ruso la retuvo y violó en un apartamento de Kramatorsk. Alissa mantuvo el silencio durante años, pero ahora es miembro activo de SEMA Ucrania.

SEMA Ucrania señala que cada vez más víctimas rompen el silencio, especialmente en aldeas donde la asociación ha realizado campañas de sensibilización. Daria y Alissa han encontrado apoyo y han denunciado sus casos ante autoridades internacionales y el fiscal general de Ucrania.

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Para Daria, hablar es vital para que el mundo vea a las víctimas como personas y no solo como estadísticas. Alissa, aunque aún enfrenta pesadillas, considera que compartir su historia ha sido un paso para sanar.