El País Vasco decide entre Bildu y PNV, con un PSOE y PP que buscan ser llave

La guerra clave para el futuro del País Vasco y de la legislatura en Madrid libra la primera batalla seria este domingo. Las urnas decidirán no sólo los equilibrios para gobernar Euskadi, sino también en el Congreso de los Diputados. El censo total de votantes alcanza la cifra de 1.795.212 personas, apenas 900 más que hace cuatro años.

El voto será decisivo entre los 75.634 jóvenes que votarán por primera vez. De los que 38.271 lo harán Vizcaya, otros 26.332 en Guipúzcoa y otros 11.031 en Álava, donde se decidirá quién gana. El voto CERA es de 82.911 votantes, residentes en el extranjero, pero con derecho a voto. El voto por correo se ha disparado un 10% desde que el PNV decidiera romper con el PP.

Por el momento, Bildu tratará de dar la sorpresa con su temido ‘sorpasso’ al PNV, tanto en votos como en escaños, mientras el nacionalismo de Imanol Pradales tratará de darle la vuelta a los sondeos con el conteo contante y sonante de las papeletas. El PSE-EE y el PP, por su parte, con Eneko Andueza y Javier de Andrés buscarán ser decisivos más allá de la investidura, cuyos votos serían clave si hay mayoría absoluta a dos o tres bandas.

La opción más votada no tendrá amarrado el Gobierno autonómico vasco. De hecho, Bildu podría quedarse solo, muy solo, en caso de ganar, a pesar de la campaña en pro de la pluralidad política, una bandera enarbolada por José Luis Rodríguez Zapatero y secundada por la legitimación del PSOE de Pedro Sánchez a Bildu. La campaña socialista se ha centrado en luchar contra las contradicciones con más contradicciones, con discursos ambiguos y centrado en la economía y la parte social solo en la recta final, con un Salvador Illa, líder del PSC y candidato a la Generalitat en modo estrella.

Imanol Pradales, líder del PNV para las elecciones del 21-A
Imanol Pradales, líder del PNV para las elecciones del 21-A

BILDU RESISTE A PESAR DE LOS ATAQUES

Los ataques a Bildu han sido una constante en el último tramo, a pesar de que el PSOE no ha tenido reparo alguno en sellar pactos con quienes no han condenado nunca el terrorismo de ETA de forma explícita, contundente y sin generalidades, como la habitual «condenamos toda violencia, venga de donde venga». Arnaldo Otegi, condenado por secuestro e inhabilitado, es el máximo dirigente de Bildu, que se ha asociado con ERC para las europeas, como ha hecho durante el pasado.

En plena campaña, Pere Aragonès no ha tenido reparo alguno en decir que «ETA es una organización terrorista», una declaración que sirve para esquivar los ataques que le llegarán desde todas las formaciones por pactar con los herederos de ETA.

El PSE-EE critica ahora a Bildu por no condenar a ETA, pero tampoco la condenó en 2018, ni en las dos elecciones generales de 2019 ni en las de 2023

Bildu, con Pello Otxandiano al frente, ha preferido esquivar este debate, pero ha cometido errores de calado, como mantenerse en la ambigüedad por el terrorismo de ETA. «Se trata de un paso muy medido», señalan fuentes no oficiales de la formación. Son las mismas palabras de siempre, el mismo relato y convicción. «Hacer lo contrario sería ir contra sus propias bases», destacan.

EL PSE-EE Y LA CONTRADICCIÓN CON BILDU

El PSE-EE critica ahora a Bildu por no condenar a ETA, pero tampoco la condenó en 2018, ni en las dos elecciones generales de 2019 ni en las de 2023, cuando Pedro Sánchez legitimó a la formación con un apretón de manos y foto oficial.

Pello Otxandiano
Bildu, liderado por Pello Otxandiano, propone al PNV gobernar en coalición

El pacto no se hizo público, pero poco a poco se han desvelado las cláusulas, como la entrega del Gobierno de Pamplona, así como otros cinco municipios y entes públicos. Todo ello sucedía en Navarra, y en el País Vasco podría ocurrir lo mismo, más cuando ni Zapatero ni Sánchez han descartado pactar con Bildu, un movimiento estratégico que responde a la necesidad de mantener los seis apoyos para sostener las políticas del PSOE.

EL PNV, A PRUEBA POR SU PACTO CON SÁNCHEZ Y EL PSE-EE

Desde Bildu alegan que no tendrán problema ni pondrán impedimento alguno para mantener la alianza con el PSOE, incluso si ganan pero no gobiernan. Un sector de la formación considera que deben materializarse nuevos pactos con el PSOE para arrancar más prebendas a La Moncloa, controlada por Sánchez.

Entre ellos señalan directamente a una reforma del Estatuto del País Vasco, con una mayoría nacionalista e independentista, e incluso redoblar la presión con un reférendum sobre el futuro de la Comunidad Autónoma Vasca, a imagen y semejanza de lo hecho en Cataluña.

El PNV de Pradales, por su parte, tratará de arañar en votos los datos ocultos de las encuestas. El temido trasvase de votos desde Sumar y Podemos a Bildu podría contrarrestarse con el ‘robo’ de papeletas al PSOE e incluso al PP.

Por el momento, todo apunta que quedaría en segundo lugar, una posición incómoda a la hora de presentarse ante las bases, militantes y dirigentes, pero suficiente si el PSE-EE sumara los números suficientes para mantener los 38 escaños que marcan la mayoría absoluta. Si el PSE-EE perdiera el umbral de los diez escaños y los nacionalistas de Pradales y Andoni Ortuzar no llegaran a los 28, un número mínimo para mantener intactas las opciones de repetir la Lehendakaritza.

EL PP, EL MURO DE CONTENCIÓN DEL SANCHISMO Y NACIONALISMO

El PP, por su parte, esperan que el escenario del PNV y PSE-EE no lleguen a la mayoría absoluta. Por este motivo, han alentado a la movilización y apelado a los indecisos para evitar mantener sin cambios el Gobierno vasco. «Ser decisivo va a ser clave y esperamos que Javier de Andrés dé ese vuelco necesario», afirman.

Bildu se prepara para integrar Navarra en Euskadi
Pedro Sánchez legitimó a Bildu y se ha apoyado en los herederos de ETA

De activarse este escenario en el País Vasco, el PP afrontaría las elecciones catalanas con mayores garantías. Para los ‘populares’, estos cuatro comicios de 2024 miden el pulso de los socios del segundo Gobierno Frankenstein de Pedro Sánchez, donde Cataluña será una de las claves, con un PSC al alza, pero con toda la presión de Carles Puigdemont. No obstante, la victoria de Bildu pone de manifiesto que los socialistas son la verdadera fábrica de independentistas, con un incremento fuerte y en detrimento del PSE. El mismo escenario que se repitió en Galicia, con un BNG al alza y un PSOE en hundimiento y a la deriva.

EL PNV TENDRÁ QUE DECIDIR SU PROPIO FUTURO TRAS LA TRAICIÓN AL PP

Y es que, el PNV no se casa con nadie y puede que su voto en el Congreso no sea tan seguro como el de Bildu. Los nervios afloran en los de Pradales y Ortuzar en esta campaña ante el ataque desde sus socios de investidura y legislatura, mientras las amenazas veladas son una constante. Los nacionalistas vascos no descartan un adelanto electoral en otoño, después de cuatro votaciones donde se espera que el PSOE solo gane en Cataluña, mientras pierde terreno o no sube ni en Galicia, ni País Vasco ni tampoco para las europeas.

El PNV tendrá así que mantener su conciliación con Bildu, mal que le pese. La otra opción es volver a traicionar a su socio de investidura, como hizo con Mariano Rajoy en 2016 tras aprobar los Presupuestos. Una vez se establezca el equilibrio mandado en las urnas, los nacionalistas vascos tendrán que decidir, pero no por el futuro del País Vasco, sino por el suyo propio. Con ello, el Congreso podría correr el riesgo de perder la mayoría en votaciones clave como los Presupuestos de 2025 tras negarse a presentar los de este año.